En esa misma época le llega su primera gran oportunidad al hacer un papel importante en el serial televisivo "V", en el cual ya empieza a saborear las delicias del maquillaje, ya que es uno de los extraterrestres con aspecto de lagarto. Inmediatamente se incorpora como protagonista en "Pesadilla en Elm Street" y aunque hace el papel de asesino, su popularidad supera al resto de los actores y causa un gran impacto entre la juventud.
Según comenta, nunca deseó dedicarse solamente a su personaje de Freddy, aunque hoy día apenas se le reconoce por otra labor y eso que lo intentó dirigiendo películas o interpretando al mismísimo "Fantasma de la ópera".
"Yo creo que estaba harto de mi cara de buen chico y quería que la gente me tuviera un poco más de respeto. Sabía que Wes Craven estaba buscando a un actor para su nueva película de terror y me ofrecí voluntario para el papel de Freddy Krueger, aún sabiendo que no era lo suficientemente corpulento ni poseía una mirada enigmática como Christopher Lee. Creo que lo que le convenció fue mi deseo de realizar el personaje".
"Por supuesto yo no soy en mi vida privada nada terrorífico y en las horas libres practico el surf en mi casa de California y cuando vivo en mi otra casa, en Hollywood, suelo pasear mucho con mi perro y mi mujer Nancy. Una vida mucho más sencilla de lo que mis fans esperan de mí".
"El que yo sea un ídolo para los adolescentes no es porque deseen convertirse en asesinos. Está bien claro que mi personaje es inventado, de ficción. El secreto puede que esté en que en mis películas se reflejan muchos de los miedos y traumas de los jóvenes, y Freddy Krueger lo que hace es agudizarlos más con el fin de que alguien les ayude de una vez. Los adolescentes necesitan mitos, pero también que alguien muestre sus verdaderos miedos a los adultos, no solamente la imagen de jóvenes ansiosos de drogas y sexo".
"En mis películas me vengo de los elementos más odiosos de la sociedad, no solamente mato a los inocentes. Suelo concentrarme en los parásitos, en las jovencitas de cabeza hueca, en los jóvenes vagos y violentos y en los jefes tiranos".
"Creo que soy un personaje al que el público puede odiar sin problemas y que muestra a todos que el futuro no será nada halagüeño sino luchas contra los demonios. El que no lucha termina sucumbiendo".
"Lo peor fue ese maquillaje de David Miller, muy efectista, pero que me obligaba a tenerlo encima durante al menos cuatro horas diarias ya que era muy difícil de quitar. Después me envejecieron un poco más en cada película, aunque creo que al final me sacaron más guapo que en el primer film".
"En mis películas trato de sacar siempre aquello que más aterroriza a las personas. Sé que hay mucha gente que le dan pavor las cucarachas, otros el fuego, otros la noche, los pasos, los gritos o los cuchillos. No hay duda de que hay miedo para todos y nadie se queda a salvo. Otros tienen miedo a los navajeros, otros a volar, las chicas a las violaciones y algunos a los padres. Pues bien, todos esos miedos quedan reflejados en mis filmes".
"Aunque a los críticos les parezca horroroso, sé que los niños yugoslavos se divierten contando chistes de Freddy (aunque ahora tienen un horror mayor para contar) y en la India le consideran como el nuevo hombre del saco".
"Espero que no me entre el "síndrome de Boris Karloff" y acabe creyéndome Freddy Krueger, aunque el hecho de llevar esa máscara durante tantos años condiciona bastante en este sentido".
"Lo que pocos fans saben es que interpreté el papel de una mujer en una película rodada en Rusia en la cual estaba caracterizado de bailarina. No les diré el título para no desilusionarles. Para compensarles, les recuerdo que también hice el papel terrorífico en "El fantasma de la ópera", la nueva versión de Menahem Golan".
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